domingo, 6 de noviembre de 2011

DALIT R. ESCORCIA MARCHENA – COLOMBIA



VIBRAR DE GUITARRA, VIOLETA


Violeta, de sangre y de arena,
de música plena, vibrar de guitarra…
mujer de coraje y de empuje
y de cantos que hienden el dolor profundo.

Eres huella que marca, y que ruge. Leopardo
que hizo retroceder a los hijos de algo.

Tú eres la flor más querida
de un Chile que lavó su cobre con sangre
y te sembraste en su arte
cual cuerdas que vibran llorando…

Violeta, mi lindo recuerdo, ¡Mi madre!
la misma que me dio sus versos
al rítmico aire que cruza los Andes,
que trepa montañas, riveras y valles
y das a mis cantos tus cantos
tallando en mis labios tus versos,
gigantes emblemas de un pueblo
que lucha por salvar su sangre…

¡Violeta, tu nombre es estrella que brilla
y se hace cada día más gigante
entregando su luz y sus sueños,
a un cielo de América grande!

AROMA DE TIERRA HÚMEDA

Se hicieron dulces tus cantos,
Violeta, aroma de tierra húmeda,
atados al vuelo del viento
buscaron seguir la senda
marcada por las altas montañas…
y se sintió tu voz elevarse solitaria,
detrás de ellas vinieron los versos
del magistral Neruda, tallando
en el horizonte, abierto y triste,
de una América mestiza…
un dolor que nunca cesa,
desde el centro de tu alma.

Se hicieron dulces tus cantos,
eran del vino su esencia, tinto,
sabor de las uvas que gimen
y embriagan las ásperas manos
del ser que las hace sangre
y arranca su piel y torturan,
golpeando el verde follaje
con la angustia y la premura
de saciar sed y codicia…
es melodía hecha de suspiros,
lágrimas que van al aire
para viajar por la tierra…

Violeta, te están llamando
los guardianes de mi tierra
para que tus cantos sean
lanzas y escudos, y las defiendas.
Violeta, te están llamando
los que siguieron tu senda
para ir marcando tus pasos
e ir conservando tus huellas
como hermosos relicarios
donde los versos se cuentan
¡Y contados van cantando
los humildes de estas tierras!


Derechos Reservados © Dalit R. Escorcia Marchena

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