jueves, 10 de noviembre de 2011

MARÍA LUISA LANDMAN R. – CHILE-ESPAÑA


CARTA A VIOLETA


Niña, mujer, persona, ¡Inmensa como seas! Mariposa, paloma, alondra…, ¡Lo que sea! Tejedora, alfarero, cantora, compositora, historiadora… Gigante desde tu simpleza, tu grandeza y tu sensibilidad desbordante. Eres ejemplo de sacrificio, de comprensión, de asimilación del dolor ajeno, portadora de las cicatrices de las personas maltratadas, disgregadas, olvidadas… ¡Eres la Cruz de Cristo en su espalda! Tan pesada fue tu carga, que no pudiste resistirla… Intentaste mil veces, cientos de miles de veces, sacar ese dolor mediante tu inspiración, tu canto, tus manos, tus escritos… ¡Y con qué maestría y simpleza profunda lo hiciste! Todo lo que de ti brotaba era arte, arte a la vida, arte al drama, arte a la alegría, arte a la tristeza, arte a la burla, arte al pueblo…

Cuando veo desde la ventana del tren una niña embarrada cargando un balde por los campos, te veo a ti, y veo a esa niña convertida en mujer exponiendo en París…

Paradojas son los caminos de la vida…

Mujer, amante, esposa, madre, fortaleza, temple y coraje.

Ejemplo de tesón y superación. Emblema de la lucha y la victoria. Del inconformismo productivo, del desaliento creativo, de la desesperanza esperanzada…

Perfecto distingo lo negro del blanco en tu vida, y ningún burócrata, ningún político puede engañarme ya, porque veo a través de mis ojos, y de los tuyos también, Violeta.

Gracias a la vida, Violeta, y a ti, que nos diste tanto… Y sigues dando desde tu más allá, siguen oyéndose tus sones, siguen escuchándose tus cantos, en tu voz, y en miles de voces nuevas… Vuelves a los 17 después de vivir un siglo, Violeta.

¿Para qué escribirte una poesía, si toda tú ERES POESÍA…?


Derechos Reservados © María Luisa Landman R.

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