LA OBRA VISUAL DE VIOLETA ENCONTRÓ UN HOGAR
Para ser la única artista chilena que ha tenido una muestra individual en el Louvre, el trabajo gráfico de Violeta Parra ha pasado casi desapercibido para la mayoría de los chilenos. Si bien sus arpilleras, óleos y trabajos en papier maché han tenido exhibiciones esporádicas -la última de ellas, y con sólo algunas obras, fue en 2006 en la Biblioteca de Santiago- esta será la primera vez que la muestra logra permanencia.
"Violeta Parra, la que viene escondida", titulada así en referencia a un verso de su canción Paloma ausente, se exhibirá desde el 8 de noviembre en el Centro Cultural Palacio La Moneda y se realizarán tres muestras temáticas que irán rotando cada cuatro meses hasta que termine la concesión que la Fundación Violeta Parra entregó por siete años más. "Como somos un centro cultural y no un museo, no tenemos colecciones permanentes, pero como es tan importante la obra de la Violeta para un centro que quiere convocar a todos los chilenos, se hizo así. Ella tiene un gran peso culturalmente hablando porque evoca a todos con el folclore y su vida dedicada al arte. Junto con la Fundación, que representa a sus dos hijos, hemos hecho un trabajo de restauración importante y un diseño especial de exhibición al público", explica la directora del Centro Cultural Alejandra Serrano.
La muestra compuesta por 47 piezas, entre óleos, arpilleras y obras en papier maché, incluye música, conversaciones, video y gigantografías, que actúan como contexto e introducción al público en la faceta plástica de la mundialmente reconocida folclorista chilena. Junto con la exposición se publicará el libro-catálogo "Violeta Parra: Obra visual", resultado del trabajo de investigación realizado por Isabel Cruz y la Corporación del Patrimonio Cultural, con la colección completa. "Es otra parte de las actividades que se van a realizar por los 90 años de la Violeta. También es todo un fenómeno para la música, porque toda su obra visual está relacionada con la música y ella era una artista multidisciplinaria. Paralelamente en otros lugares habrá conciertos, artistas invitados, discos con su música", cuenta Tita Parra, nieta de la artista y una de las coordinadoras de la Fundación Violeta Parra. Parte de la agenda es el homenaje que se le rendirá en Matucana 100 el 19 y 20 de diciembre, con conciertos de Elizabeth Morris, Nene Lecaros y la propia Tita.
La exiliada del sur
Tras más de una década sin haber logrado un acuerdo para la conservación y exhibición de esta obra, la Fundación Violeta Parra firmó con la Corporación Patrimonio Cultural de Chile y el Centro Cultural Palacio La Moneda. El hecho de que el trabajo visual de Violeta Parra logre por primera vez una exhibición prolongada y masiva en su país natal, de alguna manera contrarresta los efectos de su tardío reconocimiento en Chile, donde se mostró por primera vez en 1992.
"La gente no sabe mucho. La historia es larga... Violeta hizo estas obras en la última década antes de morir, en 1967. Han pasado 50 años y les ha pasado de todo. Cuando falleció fueron recuperadas para la familia por mi mamá (Isabel Parra, directora de la Fundación), y fueron expuestas en la Universidad Católica, todo esto después de haber estado en el Louvre en 1964. También se expusieron en la Casa de las Américas de Cuba. Para el golpe de estado corrieron un gran peligro. Fueron sacadas clandestinamente del país, a través de una señora que se las llevó a Europa. Salieron en barco por Valparaíso", cuenta Tita Parra.
Durante esos años tampoco se les pudo conservar debidamente, lo que sucedió sólo una vez formada la Fundación por sus hijos Isabel y Ángel. Así lo recuerda la nieta: "Cuando sacamos (las obras) del país, estábamos en el exilio, así que se fueron a la Casa de las Américas en La Habana y ahí pasaron toda la dictadura. Recién pasada la dictadura empezaron a ser restauradas. Mi mamá volvió del exilio y creó la Fundación, gracias a sus gestiones las creaciones de Violeta comenzaron a recobrar la vida. Hubo exposiciones en la Biblioteca Nacional y Estación Mapocho con mucho público, luego fuera del país: Argentina, México, Brasil, Lisboa y otra exposición en el Louvre en el 97, en el mismo salón de artes decorativas". Las piezas recorrieron también Suiza, Madrid, Nápoles, Estocolmo, La Haya y Washington.
Creación de Violeta*
Cuando a la folclorista la atacó una hepatitis, en 1958, comenzó su autodidacta faceta de artesana y artista visual, realizando pinturas y más tarde cerámicas, esculturas en alambre, máscaras hechas de mosaicos de granos y arpilleras bordadas, que son la más notable expresión de su universo plástico. Parte de esa obra fue presentada en París en 1964, siendo la primera artista latinoamericana que instala una muestra individual en el Museo de Artes Decorativas del Palacio del Louvre.
En relación al bordado de arpilleras la misma artista señaló en vida: "Las cosas son simples. No sé diseñar, yo invento todo, y todo el mundo puede hacerlo. No sé dibujar y no hago dibujo alguno antes de comenzar mis tapices, sino que voy viendo, poco a poco, lo que debe ponerse. Voy llenando espacios en mis tapices... Y con mis pinturas: ellas están todas en mi cabeza, como mis canciones. Cuando siento que hay una persona sensible o que le nace un sentimiento al ver lo que hago, me quedo tranquila. Sólo hago algo en lo que pueda poner la emoción". Así, acontecimientos familiares e históricos, costumbres y creencias populares, además de su pasión por la música están plasmados en estas lanas multicolores que se expondrán en la sala ubicada en el subterráneo de La Moneda. "Me esfuerzo por mostrar en mis tapices la canción chilena, las leyendas, la vida de la gente. Y las ideas que tengo que me parecen indispensable decirlas, hacerlas", dijo la autora de Volver a los 17 y Gracias a la vida.
TERRA MAGAZINE
www.co.terra.com
08 de noviembre de 2007.
* El proyecto incluía una muestra de algunas de las obras plásticas e igualmente fotografías de Violeta . Respetando el copyright, envié a Isabel Parra (su hija) copia del borrador de manera a obtener su autorización. Creí, sinceramente, que sería sólo un mero trámite, sin embargo, La Fundación, nos negó toda difusión.
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